LA ESCALERA DE LA VIDA

En la vida todos caminamos por una escalera invisible.

Cuando somos niños no nos damos cuenta de ello, pues vamos de la mano de nuestros padres; nada nos asusta, sabemos dejarnos guiar, y ellos nos llevan hasta el punto en el que consideran que estamos preparados para continuar subiendo por nuestra cuenta en la escalera de la vida.

Esta escalera es interminable y sus peldaños, que son el aprendizaje, son innumerables.


El conocimiento sobre el proceso de desarrollo humano, sobre el crecimiento avanzando en la escalera, en sus distintas facetas (cognitiva, social y emocional) a lo largo de todo el ciclo vital es, por tanto, requisito imprescindible para poder realizar cualquiera de las intervenciones con personas que un educador o pedagogo puede acometer.






12 de enero de 2013

LOS NIÑOS RÍEN 300 VECES AL DÍA. LOS ADULTOS SÓLO 60

Ya lo decía Erasmo de Rotterdam: "Reírse de todo es propio de tontos, pero no reírse de nada lo es de estúpidos". Habría que añadir, en cualquier caso, que la única opción saludable de las dos es la primera: la risoterapia o la terapia del humor ofrece múltiples beneficios físicos y psicológicos al organismo. 
Según el psiquiatra estadounidense William Fry, cinco minutos de risa equivalen a 45 minutos de ejercicio ligero. Vamos, que troncharse a carcajadas es fuente de salud: ayuda a la circulación de la sangre, da un masaje vibratorio a todo el cuerpo, aleja temores, aumenta la capacidad pulmonar, elimina toxinas, potencia el sistema inmunológico... 
Entre los beneficios conocidos se sabe que la risa es un potente antidepresivo, pues genera un estado mental positivo, que ayuda a disminuir la tensión arterial y libera endorfinas que nos ayudan a sentirnos más plenos y satisfechos con nosotros mismos, que ayuda a disminuir la timidez y aporta confianza y objetividad a la hora de resolver problemas y que, en personas con enfermedades terminales la calidad de vida mejora hasta en un 40%. Muchas son las sustancias que se liberan y las buenas consecuencias que se derivan. En primer lugar, las endorfinas, una especie de morfinas segregadas por el cerebro, con altos poderes analgésicos y que, por lo tanto, mitigan el dolor. En segundo lugar, la adrenalina, un componente que en buena medida potencia la creatividad y la imaginación. La risa, además, libera dopamina (que mejora el estado de ánimo) y serotonina (que posee efectos calmantes).

Los niños ríen más que los adultos, esto es un hecho. Ríen de manera y la razón muy sencilla:los niños son más espontáneos, naturales y libres que los adultos. No tienen preocupaciones ni responsabilidades. 

¿Sabías qué ? Seguramente esto sucede porque a medida que crecemos, los problemas crecen también con nosotros y allí donde apenas había preocupaciones y donde todo era juego y disfrute ahora hay poco tiempo para ello y demasiado para estar ocupados y preocupados. 
Cuando reímos liberamos hormonas como las endorfinas, serotonina, dopamina y adrenalina; hormonas que disminuyen cuando las personas se encuentran sometidas a estrés o estados de preocupación.

Lo curioso del asunto es que los niños ríen porque así lo sienten, sin saber lo beneficiosa que es la risa para la salud y nosotros, que tenemos la teoría, que sabemos que la risa es casi una medicina y que conocemos la existencia de cursos y seminarios de risoterapia, la utilizamos mucho menos.

Una vez más, debemos echar la vista atrás y recordar que también fuimos niños para tratar de recuperar parte de esa alegría que hemos ido dejando en el camino. Así quizás seamos personas más pacientes, menos refunfuñonas y más felices con nuestras vidas. Una vez más, los niños tienen algo que enseñarnos a nosotros, los adultos sabelotodo.


¡Haz como yo y deja salir al niño que llevas dentro!

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